Una de las metáforas más antiguas es la del jardín como un lugar sagrado. El hombre, en medio de una naturaleza hostil y violenta, tiene que hacerce un lugar, y lo hace convirtiendo el caos en un paraíso.
Este termino viene del persa pairidaeza, un jardín cercado. Es así que el hombre ordena a su alrededor un espacio propio y a la vez clausura el caos natural fuera de un cerco, de un límite.
Para cualquiera, sin importar su religión o no-religión, esta idea del paraíso nos puede permitir tener un lugar sagrado del cual somos los responsables, este jardín será fuente de alegría, tranquilidad, gozo y descanso; o no.
Dependerá exclusivamente de su jardinero.
Ilustración: Anónimo, María en el huerto cerrado con santos, siglo XV